EL TOPLESS Y EL DERECHO
CONSTITUCIONAL
¿Cuál es el límite de lo que se
puede o no mostrar en la playa? ¿Dónde termina exactamente el "pudor"
y comienza "lo obsceno", tal como apunta el Código Penal? Las tres
mujeres que el sábado último hicieron topless en Necochea desataron un debate
legal desafiaron la paradoja de una sociedad que es al mismo tiempo
exhibicionista y pacata.
¿Es el pecho y, en todo caso el
pezón, el último bastión de "lo moral"? (La Nación 03/02/2017)
Alejandro Rozitchner (Filosofo) nos
dice: "En un mundo en el que el consumo de pornografía está tan
generalizado, y esto no debe ser considerado algo negativo, sino una saludable
exploración del deseo humano, horrorizarse por la aparición de unos pechos al
aire parece algo excesivo".
Por su parte Roxana Kreimer indica:
"Horrorizarnos porque una mujer muestra sus pechos y no porque uno de cada
cuatro niños vive en hogares con necesidades básicas insatisfechas, o porque la
mitad de los argentinos no termina la secundaria, muestra que es muy fácil que
el hábito perturbe una sensata jerarquía de valores"
Somos una sociedad que muestra todo
el tiempo cuerpos desnudos en revistas y en la televisión. Las mismas personas
que se escandalizan y denuncian el topless como una clara y manifiesta violación
al "orden público", viajan a Europa y comparten playas con mujeres en topless sin pudor alguno.
¿Los valores culturales son
objetivos o subjetivos? ¿Quien los interpreta?
El año pasado, dos mujeres policías
le pidieron los documentos a una madre que amamantaba a su bebe en la plaza de
San Isidro y le exigieron que se retirara. Argumentaron que había una ley que
lo prohibía. Consideraban que se trataba de una "exhibición obscena",
tal como castiga un artículo del Código de Faltas bonaerense, redactado en 1973
y que está mencionado en el Código Penal.
"Uno siempre tiene la libertad
de mirar para otro lado; es sencillo", apuntó Mario Juliano, el juez penal
que anteayer convalidó que el topless de las mujeres en Necochea no
violaba ninguna ley.
El Papa, hace algunos meses,
intentó desterrar esa visión sexualizada del pecho que impide amamantar. En una
misa en la Capilla Sixtina, donde había una gran cantidad de bebes que habían
sido bautizados, animó a las madres a alimentar a sus hijos mientras él
hablaba.
¿Qué se entiende por exhibición
obscena, según el Código Penal?
El diccionario de la Real Academia
Española lo define como "impúdico, torpe, ofensivo al pudor". A su
vez, pudor significa "honestidad, modestia, recato", todos términos
que resultan anacrónicos en el siglo XXI.
"Lo obsceno no es el cuerpo,
sino lo que se hace con el cuerpo y para qué se lo usa", manifiesta Florencia
Brenner, abogada y presidenta de la Asociación para el Nudismo Naturista
Argentino.
El código de convivencia de las
playas nudistas advierte: "No incurra en exhibiciones de carácter
obsceno". Brenner explica: "Se refiere a tener actividad sexual en
público, porque consideramos que es una actividad privada y debe darse en ese
ámbito".
Lo obsceno no
es el cuerpo, sino cómo se usa, insiste. Un bebe que nace no es obsceno. Una
persona que muere y es sometida a una autopsia, tampoco, agrega. Existen
situaciones irrazonables como la decisión de Facebook, al eliminar fotos
históricas como la de Kim Phuc, la nena vietnamita corriendo desnuda tras ser
bombardeada con napalm o la imagen de los prisioneros en un campo de
concentración nazi.
El Movimiento
Ayuda Cáncer de Mama para concientizar sobre la detección temprana por las
redes sociales recurrió a los pezones de un hombre. La campaña se llamó
"Las tetas de Enrique", porque para Facebook, aunque sea para
prevenir el cáncer, los pechos desnudos de una mujer siguen siendo el último
reducto de aquello que no se puede mostrar.
El Juez Mario
Juliano, que ha dictado la sentencia en el caso de las mujeres en topless en
Necochea, ha señalado:
"Mi ciudad, la ciudad que amo,
la ciudad en la que vivo, ha sido el escenario donde se encendió la mecha de la
polémica sobre la desnudez, desde el momento que una muchachas decidieron
quitarse el corpiño en una playa pública atestada de veraneantes. En los
hechos, se convirtió en un verdadero acto de rebeldía cívica frente a determinadas
pautas culturales.
En estos días me tocó, como juez de
feria, resolver las actuaciones policiales sobre el caso. En primer lugar
dispuse el archivo de las actuaciones, ya que desde mi perspectiva los hechos
carecían de relevancia contravencional. La norma que podría sancionar este tipo
de hechos se refiere a actos obscenos que afecten la decencia pública.
Tal como se comprenderá, coincidir
acerca de qué es lo que significa un acto obsceno o en qué consiste la decencia
pública es una tarea imposible de lograr. Ero, independientemente de ese
aspecto legal, lo cierto es que el hecho que una mujer descubra sus pechos no
representa un acto objetivamente lesivo para terceros y, por ende, se encuentra
exento de la autoridad de los magistrados.
Los seres humanos somos los únicos
integrantes del reino animal que tenemos serios problemas para convivir con
nuestros cuerpos y que hacemos de esas dificultades un buen motivo para
enfrentarnos y guerrear. El color de la piel ha sido el tradicional argumento
para desatar verdaderos genocidios. El sexo con que nacemos influye en nuestras
vidas y determinará que en lo sucesivo tengamos mayores posibilidades de ser
objeto de violencia o menor acceso a las oportunidades. Los rasgos aindiados de
las facciones serán un obstáculo para trasponer algunas fronteras geográficas.
La prohibición de la exhibición de
ciertas partes del cuerpo se inscribe en esa problemática y tiene la misma raíz
autoritaria que los ejemplos señalados. La cultura occidental se escandaliza
frente a la tradición de algunos pueblos musulmanes que obligan a las mujeres a
cubrirse el rostro en público con un velo, del mismo modo que sonreímos
superados cuando vemos fotos de las primeras décadas del siglo XX que nos muestran
a bañistas mujeres enfundadas en trajes que apenas dejaban ver sus manos y sus
pies, pensando para nosotros mismos sobre la ridiculez de ciertas costumbres.
Los conflictos con el cuerpo han sido
relacionados con la curiosa noción de la moral pública, que aún sin conocer su
significado y sus alcances, ha sido uno de los potentes argumentos para imponer
una forma de vida a personas que no comparten los gustos de quienes deciden qué
es lo que debe entenderse por ese concepto. La moralidad pública no se agota en
una mera discrepancia sobre los gustos personales y formas de posicionarse
frente a la vida, sino que se traslada al ámbito penal para reforzar las ideas
de quienes tienen la posibilidad de regular nuestros comportamientos,
sancionando con penas de arresto o prisión a los que se opongan a la visión
oficial.
La defensa irrestricta de las
libertades me lleva a posicionarme en favor de las mujeres que decidieron
descubrir sus pechos, del mismo modo que apoyo las manifestaciones (tetazos)
que ocurrirán en los próximos días en defensa de los derechos. Esa es una de
las formas (en ocasiones la única posible) de provocar un debate sobre las
cuestiones que nos conciernen, del mismo modo que ocurre con otros temas
(marihuana, edad de punibilidad, violencia de género) que deben formar parte de
una agenda amplia y generosa en la que participemos la mayor cantidad de
personas, propio de democracias más deliberativas.
La ocasión (la enorme repercusión
nacional e internacional del episodio) me pareció propicia para reclamar a la
legislatura bonaerense la necesaria reforma del Código de Faltas en general, y
particularmente su artículo 70, que es el que reprime a los actos obscenos. El
Código de Faltas, vigente desde marzo de 1973, es una verdadera rémora
autoritaria y los bonaerenses nos merecemos contar con una herramienta legal
adecuada a una sociedad moderna, que contribuya a la convivencia y el uso
igualitario de los espacios públicos.
Finalmente, ante la posibilidad que
estos hechos se reiteren en las playas necochenses, o que se produzcan
manifestaciones a favor o en contra del ejercicio de ese derecho, reclamé a las
autoridades policiales que se conduzcan con extrema prudencia, evitando el
empleo de medidas coercitivas, tratando de mediar en las situaciones
conflictivas (si se presentaran) para evitar la producción de hechos de
violencia.
Una sociedad diversa y plural no
puede aspirar a la unanimidad de las opiniones. Eso sólo ocurre en los
regímenes dictatoriales. Difícilmente nos pondremos de acuerdo sobre la
desnudez y la forma de practicarla. De lo que se trata es de encontrar puntos
de convivencia que nos permitan avanzar hacia modelos de sociedad más libres,
donde existan mayores posibilidades de ejercer los derechos y realizarnos
individualmente. Y de lo que también se trata es de abandonar ciertas
hipocresías, que condenan el topless de unas chicas en un balneario, pero que
mira para otro lado frente a hechos de inusitada gravedad.
Celebro entonces
que Necochea (mi Necolandia) haya sido el sitio donde se reinstaló esta
polémica que, sin lugar a duda, contribuirá a hacernos más libres"
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